La hipertensión en el gato se produce cuando la presión arterial es más elevada de lo normal de manera continuada. Es un signo clínico que, por sí solo no se manifiesta, serán sus consecuencias sobre diferentes órganos las que alerten sobre su presencia en el animal.
Aunque hay varias causas que predisponen a la hipertensión felina, tenemos que hacer tres especificaciones:
-Hipertensión primaria: no está relacionada con ninguna enfermedad o es de origen desconocida. A diferencia de las personas, este tipo de hipertensión es muy poco frecuente en animales.
-Hipertensión secundaria: tiene su origen en una enfermedad o trastorno endocrino como la enfermedad renal, el hipertiroidismo o la diabetes, entre otras.
-Falsa hipertensión: se trata de subidas puntuales como respuesta al miedo o al estrés.
LOS SÍNTOMAS
¿Y qué pasa cuando la hipertensión se mantiene en el tiempo? Aparecen síntomas relacionados con patologías sistémicas que padecen, afectando normalmente a órganos como los riñones, los ojos, el corazón y el cerebro.
Riñones
La cantidad de pacientes felinos con enfermedad renal que presentan hipertensión oscilan entre el 20 y el 60%. De hecho, la enfermedad renal y la hipertensión sistémica está íntimamente relacionadas.
La presencia de una hipertensión arterial mantenida en un periodo de tiempo afecta al glomérulo, las pequeñas estructuras capilares que filtran la sangre y producen la orina. El daño aquí altera mecanismos reguladores y genera a medio plazo hipertensión glomerular. Insuficiencia renal
Factores como estos se vinculan a la velocidad de progresión de la enfermedad renal que se traducen en un incremento de parámetros como la creatinina o la urea, y la aparición de vómitos, deshidratación y apatía. Además, las crisis urémicas derivan en un incremento de la hospitalización y de la tasa de mortalidad de los pacientes.
Signos oculares
Los motivos que llevan a los gatos a consulta de manera más frecuente son la ceguera y el hifema, hemorragias en cámara anterior. El signo más visible es la dilatación de las pupilas en el paciente.
Una vez realizada una exploración oftalmológica, se suele encontrar hemorragias en segmento posterior y desprendimiento de retina. Aproximadamente el 50% de los gatos hipertensos presentan cambios en la retina. Normalmente estas lesiones aparecen antes que otros signos que afectan a otros órganos.
Corazón y aparato circulatorio
La hipertensión sistémica grave puede ocasionar cambios funcionales y estructurales a nivel cardiaco. Este aumento de tensión crea una resistencia en la circulación sistémica que dificulta la salida de sangre desde el corazón, que trata de superar esta dificultad aumentando el espesor del músculo cardiaco, el miocardio, y la fuerza de contracción.
Con el tiempo estos mecanismos no son suficientes y se produce una descompensación cardiaca produciéndose insuficiencia cardiaca congestiva.
En la clínica, las alteraciones más frecuentes que se detectan son el aumento de la frecuencia respiratoria, la disnea (o dificultad respiratoria), la arritmia y el soplo.
Sistema nervioso
La hipertensión mantenida en el tiempo también puede provocar signos neurológicos. Los signos clínicos más usuales son desorientación, depresión, ataxia y signos vestibulares.
Así pues, las causas físicas de estos signos se producen cuando la tensión supera la capacidad de autorregulación de la vasculatura cerebral, originando una encefalopatía hipertensiva.